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¿Tiene tu empresa suficiente liquidez?
Lo primero que debes hacer para conocer de primera mano el estado de salud en el que se encuentran las finanzas de tu negocio, es comprobar qué tal está de liquidez, algo indispensable si quieres mantener tu empresa no solo a corto plazo, sino durante un largo periodo en el tiempo.
Para ello tendrás que analizar la cantidad de efectivo que tienes disponible, y también los activos, que en el futuro podrían convertirse en efectivo. De esta forma conocerás si estás en disposición o no de cumplir con tus obligaciones económicas.
¿Es tu empresa lo suficientemente solvente?
Cuando hablamos de si una empresa es solvente o no, nos estamos refriendo a si está en condiciones de cumplir con sus obligaciones de deuda en este mismo momento. Para comprobarlo, habría que conocer la relación existente entre la deuda y el capital de la empresa.
¿Es tu empresa eficiente?
Una de las claves para que una empresa goce de una buena salud financiera, es que sea eficiente, algo que se puede medir a través de un indicador conocido como margen operativo.
El margen operativo muestra el porcentaje que suponen los beneficios de una empresa, antes de los intereses e impuestos, sobre el total de ventas. Cuanto más alto sea el margen operativo de la empresa, significará que la empresa está obteniendo una cantidad superior por cada euro que consigue a través de sus ventas.
¿Tiene tu empresa la rentabilidad necesaria?
Para conocer si la empresa es o no rentable, el indicador en el que hay que basarse es el margen neto, entre el beneficio neto y la cifra de negocios.
Cuanto más alto sea el margen neto, mayor será el margen de seguridad financiera de la empresa, lo que indicará que la empresa está en mejores condiciones para poder invertir capital en su crecimiento y expansión.
La salud financiera es un estado de ser de la persona, el cual permite cumplir perfectamente con sus obligaciones, se encuentran en una situación de tranquilidad ante futuro financiero y es capaz de tomar decisiones que les permitan disfrutar de su vida.
¿Cuáles son tus objetivos financieros?
Reflexiona un momento y haz una lista por escrito de todos los objetivos financieros que se te ocurran para tu caso particular.
Por ejemplo: comprar un piso, cambiar la televisión, hacer un crucero, hacer un blanqueamiento dental, ahorrar, etc.
Probablemente, no será posible lograr a la vez todos los objetivos. Identifica en primer lugar los más importantes o los más urgentes. Puedes utilizar la herramienta para PRIORIZAR OBJETIVOS que te ayudará a identificar los más importantes.
La salud financiera de la empresa es la capacidad de controlar el capital para hacer frente a todos los gastos, realizar inversiones y obtener beneficios. Saber cómo mantener las finanzas saneadas es esencial para cualquier empresa.
Cuidar la salud financiera de la empresa va más allá de pagar las facturas a tiempo. Paralelamente a los pagos, una empresa con finanzas sanas puede tener un buen stock, invertir en nuevas soluciones y acciones y seguir siendo rentable a corto, medio y largo plazo.
Otro punto que hay que observar es la puntuación positiva del CNPJ, una herramienta que evalúa a la empresa, especialmente en las operaciones de crédito.
¿Por qué es importante hablar de la salud financiera de una empresa?
Saber cuidar la salud financiera de una empresa es un punto vital para los negocios. Es una forma de medir el rendimiento de la organización y entender cuál será el nivel de rentabilidad. Al fin y al cabo, algunas marcas venden mucho, ¡pero no obtienen beneficios!
Hay muchos factores que pueden comprometer la salud financiera de la empresa, como una mala gestión, cambios en el mercado, nuevos comportamientos del público... Sin embargo, si la salud es sólida, el impacto es menor.
¿Qué puntos deben evaluarse para saber si la empresa es financieramente sana?
Descubre qué datos deben medirse para saber si la salud financiera de la empresa es realmente positiva:
Facturación: mide cuánto dinero ingresa por la venta de soluciones.
Recibos: es diferente de la facturación, ya que mide lo que se ha recibido realmente. Un índice importante para las empresas que venden a plazos.
Ticket medio: mide cuánto suelen gastar los clientes en promedio en cada compra.
Endeudamiento: mide la cantidad de recursos procedentes de los préstamos que se utilizan para hacer viables las operaciones de la empresa.
Beneficio: va más allá del volumen de negocio y muestra si las ventas dan beneficios, es decir, lo que queda después de cubrir todos los costes.
Break even: también llamado punto de equilibrio, es la suma de los gastos fijos y variables y su relación con el volumen de ventas.
¿Todas las soluciones en una sola plataforma?
Es posible tener todas estas soluciones integradas en una sola plataforma con SYDLE ONE, un sistema all-in-one que reúne todas las herramientas que la empresa necesita en un solo lugar.
Mejora la comunicación entre áreas, las estrategias de venta y el rendimiento de la empresa de principio a fin. De este modo, es posible mejorar la salud financiera de la empresa de forma alineada con los objetivos de todas sus áreas internas.
Emociones que influyen en tu salud financiera
Las emociones pueden llegar a afectar la administración de tu dinero. Las emociones no son ni malas ni buenas, son indicadores que usa nuestro cerebro y nuestro cuerpo para alertarnos sobre algo que está pasando.
Reconocerlas nos permitirá entender si la forma en la que aparecen nos está ayudando a generar hábitos financieros saludables o no. Algunas de estas emociones son:
Felicidad
La felicidad nos hace sentir que podemos con todo, pero, tal exceso de confianza también nos lleva a asumir riesgos que, de otro modo, no correríamos.
Debido a la efusividad de la alegría, podemos perder de vista cómo y en qué estamos gastando, ocasionando que una vez que pasó la emoción, sientas remordimiento o arrepentimiento.
Hay varias estrategias que puedes aplicar para que no te dejes llevar por esta emoción, por ejemplo, tener una cuenta separada y exclusiva para celebraciones o establecer un límite para que nunca se te pase la mano con estas. La idea es no vaciar tu cartera en cenas y obsequios a la menor provocación.
Ira
Este es uno de los sentimientos más poderosos y potencialmente peligrosos con tus finanzas; sobre todo, cuando le das el permiso de intervenir en tus decisiones. Un factor a tener en cuenta es que la ira te ciega tanto, que justificas tus malas elecciones financieras.
Lo ideal cuando se presenta este sentimiento es que respires profundamente y postergues la toma de decisiones importantes hasta que te hayas calmado. De modo que puedas descartar las decisiones apresuradas y puedas despejar tu mente de la ira mucho más rápido.
Lástima por sí mismo
Cuando una persona no se siente valiosa y siente lástima por sí misma, puede comenzar a comprar como una forma de compensar sus “deficiencias”. Una baja autoestima es el detonante de compras compulsivas para lograr ese sentimiento de pertenencia.
Este sentimiento puede causar no solo un gran desbalance financiero sino también emocional; por eso, necesitarás ser consciente de tus fortalezas y canalizarlas de forma positiva para ti. También es aconsejable desprenderse por un tiempo de las compras ágiles y online, para no caer en tentaciones.
Miedo
Esta es quizá una de las emociones más arraigadas en la población mundial desde el inicio de la pandemia. El miedo y la incertidumbre nos hacen sentir incómodos y preocupados acerca del futuro. Abusar de los créditos o hacer inversiones con mayor riesgo del que podemos sobrellevar son algunas de las consecuencias.
Al no ser una emoción tan inmediata como las demás, sino una que se va a acumulando poco a poco, tienes la opción de ir identificando los primeros signos y detenerlos antes de que te dominen.
Procura enfocarte en los hechos y evitar las suposiciones, debido a que la falta de control al respecto es lo que te genera la ansiedad y el deseo por realizar compras de pánico.